Cuando volvamos a la normalidad… Y la normalidad era el problema
Hay dos opciones: seguir embotados, ciegos ante las muestras manifiestas de lo fallida de nuestra existencia en el orden establecido o construir un mundo dónde todas y cada una seamos en armonía y equilibrio.
Hay duelo, por lo que muere. Y esperanza por lo que está por venir.
Confio, decido confiar porque eso es algo que nadie me va a arrebatar. Amo, decido amar porque tus errores fueron los míos otrora. Cuido, decido cuidar porque la amabilidad de una caricia es un infinito acto sagrado. Brillo, decido brillar porque es lo más responsable que puedo hacer en este momento.
Este es el mundo que voy a construir, un mundo de cuidado, de amor, luz, consciencia y coherencia. Esta es la realidad que mis hijas vivirán cuando encarnen.
Esto requiere un compromiso. Que acepto, por supuesto. Como si fuera la última oportunidad.
¿y tú?
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