Es una época extraña.

Consumimos nuestras vidas, las vidas de otros.

En todo este guirigay me pregunto qué sentido tiene mi vida cómo música y para qué hago las cosas.

Una vez más, tengo un libro de cabecera que me lee el pensamiento «Free play, improvisaron in life and art». Me ha recordado que un lugar desde donde hacer música es aquel lugar sagrado de juego y presencia plena. Un camino hacia el Samadhi.

Vibro en sintonía con ello y aunque a veces se me resista esta presencia porque las banalidades del mundo material pesan… deseo tomar ese camino.

Quizá por eso la Música se ha creído peligrosa a lo largo de la historia. Si somos capaces de hacer conectar al público con ese lugar de presencia quizá el público se pueda plantear desde dónde construye su vida… y quizá al capitalismo salvaje pueda no interesarle.

Cultura como motor de cambio hacia una sociedad más luminosa. En eso creo desde mi humilde opinión.

En el inicio de este camino me encuentro. Quizá algún día me encuentre cerca de este Samadhi… Ojalá.

Mientras tanto:

https://blancaaltable.bandcamp.com/track/impro-2-en-directo